Me importa poco estas discusiones, pero sí me molesta la arrogancia que revelan las siguientes apreciaciones: “la norma etimológica sencilla”, “Debemos escribir”, “la acentuación anómala”.
En España, no obstante, es claramente mayoritaria la escritura anómala de “Méjico” que Navarro prefiere. Porque los razonamientos etimológicos parecen valer solo cuando el origen es griego o latín.
Y conste que no soy mexicana.